Él es oriundo de la capital del departamento al igual que sus padres, Rosa Helena Ruíz Martínez y Raúl Eduardo Ruíz Medina de profesión economistas. Como todos los jóvenes, asiste a fiestas de “15 años”, departe los fines de semana con sus amigos, va a cine e incluso tiene novia, se considera una persona normal “no soy introvertido como comúnmente piensa la gente”, asegura.
El resultado obtenido en las pruebas saber que presentan los estudiantes próximos a graduase de bachillerato se lo atribuye a la disciplina y auto exigencia así como, al proceso de preparación que sus padres a bien tuvieron para apoyar su proceso académico e intelectual.
“No es sólo de un proceso de formación que inicié en grado once, es la preparación de toda la vida, obedece a la motivación que mis padres desde primer grado tenía para que fuera el mejor”, señala.
Además, durante su formación escolar tomó clases particulares de matemáticas, cálculo y física en jornadas nocturnas, por lo que él considera sacrifico algunas actividades sociales con sus compañeros, pero le reconforta saber que “valió la pena el esfuerzo”.
Su área favorita es el inglés aunque también se familiariza con las matemáticas, química y la física. Piensa ingresar a la universidad a cursar la carrera de pregrado de Ingeniería Eléctrica o Electrónica por lo que considera está en un dilema.
“Son dos carreras afines que tienen mucho campo de acción, no sé por cual definirme aún, pero soy un apasionado de las tecnologías que estas dos disciplinas abarca”, dijo.
Trayectoria educativa:
Fernando estudió desde preescolar hasta grado octavo en el colegio Antonio Nariño de Yopal, allí recibió los primeros conocimientos y cimientos formativos de sus docentes, a quienes considera también debe el logro alcanzado en las pruebas educativas nacionales.
Fue sancionado:
Decidió cambiarse del colegio Antonio Nariño en el año 2010 al Braulio González de carácter público, porque fue sancionado por dos días por las directivas de la institución, debido a que Ruíz Ruíz presentaba problemas de indisciplina, “durante la sanción decidí salirme del colegio”.
Entonces, inició en el año 2011 noveno grado de bachillerato en el Braulio González donde estuvo como de estudiante hasta el mes de abril “me salí porque en ese colegio sentía que estaba repitiendo séptimo, faltaba seriedad en las clases, poca intensidad horaria y docentes más capacitados. Además, compartía salón de clases con 37 estudiantes más”.
Por segunda vez se cambió de colegio y fue cuando decidió ingresar al Alianza pedagógica donde va a recibir su título como bachiller. Reconoce la exigencia y nivel de compromiso que el claustro educativo le infunde.
“El nivel de exigencia es alto pero me gusta, porque me el reto es aumentar mis capacidades”, agrega.