En hechos que son materia de investigación por parte de las autoridades, se conoció sobre el fallecimiento de una mujer en el Hospital de Paz de Ariporo, quien llegó al centro asistencial con varias heridas por arma de fuego.

Al parecer, la víctima identificada como Ana Silvia Oros Millán de 46 años, perdió la vida en un caso de intolerancia. Versiones extraoficiales apuntan como presunto responsable a su esposo, Hipólito Humo Inocencio.  Sin embargo esta hipótesis aún no ha sido confirmada de manera oficial.

El lamentable acontecimiento ocurrió hoy sábado 06 de abril en horas de la mañana en la finca El Caribe, vereda Caño Chiquito del municipio de Paz de Ariporo.

Se conoció igualmente que efectivos del Ejército que hacen presencia en esta zona prestaron los primeros auxilios Oros Millán, quien presentaba heridas de escopeta.

La paciente alcanzó a ser llevada hasta el hospital local de Paz de Aripro, pero lamentablemente, la magnitud de las heridas que presentaba ocasionó su deceso.

 

 

 

 
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En el municipio de Santa Rosalía, departamento del Vichada, fue detenido por orden judicial Alex Antonio Coba Cruz, quien es señalado del delito de feminicidio agravado.

Coba Cruz, quien hacía parte del cartel de los más buscados de Casanare, está vinculado al proceso penal que adelanta el Juzgado Primero Promiscuo de Pore, por el caso del homicidio de  Gladis Gaitán Díaz, en hechos ocurridos en julio de 2023.

Como se recuerda para esa época fue encontrado el cuerpo sin vida de Gaitán Díaz, en la vereda La Guamalera, sector de El Morro, zona rural de Yopal.

En su momento se conoció que la víctima y el victimario habían sostenido una discusión, al parecer, por temas pasionales. Luego Gladis Gaitán, quien fue vista por última vez en la vereda El Caucho de Nunchía, desapareció.

Las autoridades continúan con el proceso investigativo para esclarecer este hecho de violento, del cual es señalado como responsable Coba Cruz.

 
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Hoy el director seccional de fiscalías de Casanare, Anderson Pinilla, dio a conocer en rueda de prensa  la captura de Luis Alberto Rivera de 57 años, quien es señalado de quitarle la vida a Yorlenis Jiménez Castillo, en hechos ocurridos el 20 de agosto de 2023.

Este caso que tuvo como escenario una finca del corregimiento de Tilodirán, zona rural del municipio de Yopal, causó conmoción en la ciudadanía debido al tinte macabro de la escena del crimen.

Yorlenis, una mujer de nacionalidad venezolana fue cumplir con unos turnos en el área de la cocina de la mencionada finca, sin saber que allí encontraría la muerte a manos de su expareja sentimental.

La familia de la víctima narró en su momento que ella aceptó el trabajo, con la esperanza de reunir el dinero suficiente para comprar un celular.

Las horas  de aquel fatídico domingo pasaban y Jiménez Castillo no llegaba a casa. Sus familiares sin saber que este retraso en el tiempo de regreso era el heraldo portador de malas noticias, acudieron a las autoridades a denunciar su desaparición.

Luego de varios días de búsqueda que incluyó un equipo especializado venido de Bogotá, el horro mostró toda su crueldad. El victimario además de quitarle la vida a Yorlenis, la descuartizó y la enterró en 4 fosas.

De inmediato se dio inicio a la respectiva investigación, Mientras tanto el feminicida emprendió la huida, la cual terminó en las últimas horas en el municipio de Alvarado (Tolima) donde fue arrestado por las autoridades.

Luis Alberto Rivera aceptó los cargos que le imputó la Fiscalía por feminicidio y supresión de elementos probatorios. Delitos que según el director de fiscalías, le puede acarrear una condena superior a los 50 años de cárcel.

 
 
 
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Una vez terminada la labor de exhumación del cadáver de Yolennys Jiménez, salieron a flote los más escalofriantes detalles de su macabra muerte.

Una jornada completa de trabajo desde tempranas horas de la mañana hasta casi el final de la tarde, demoró el personal forense especializado venido de Bogotá, para desenterrar la horripilante escena ocurrida en el corregimiento de Tilodirán.

Concluida su tarea los expertos se guardaron de hacer cualquier comentario. Sin embargo Yairis García, cuñada de la mujer asesinada, logró ver cinco fosas, lo que hace pensar que la mujer de 39 años de edad, fue desmembrada por su victimario.

Desde el primer momento la familia de la víctima presagiaba lo peor. La muerte había dejado su huella y Yairis así lo entendió, por eso puso especial atención en aquella carretilla bañada en una mezcla de sangre y lodo, que encontró en la finca La Melania, donde Yolennys encontró la muerte.

Lo que no se esperaba era que la mente psicópata de su victimario, alcanzara un grado extremo de sevicia tan alto, que terminó,  al parecer, descuartizándola sin piedad.

Esta horrorosa escena tuvo otro desagradable invitado. El pestilente olor de un cuerpo en descomposición, que sirvió como heraldo para que un vecino anónimo, advirtiera a las autoridades que algo fuera de lo normal estaba pasando, en esta apacible región.

Fue así como se programó la exhumación de Yolennys. Ahora, el siguiente eslabón en esta cadena de dolor, es llevar tras las rejas al responsable del hecho.

Aunque nada le devolverá la vida a la víctima, hacer justica sirve como bálsamo  en medio del desasosiego y el dolor profundo que resquebraja el alma cuando la vida enseña su cara más dura.

Por el momento todos los señalamientos de la familia Jiménez tienen nombre propio, la expareja sentimental de la víctima, Luis Alberto Rivera, quien se desempeñaba como ordeñador en la misma finca donde pasó Yolennys, sus últimas horas de vida.

En medio de la angustia y la ardua labor de acompañamiento a las autoridades en la labores de exhumación, Yairis agradeció a los medios de comunicación, por la divulgación que hicieron de los hechos.

De esta manera se hizo pública la situación y llamó la atención de las autoridades, que cumplieron a cabalidad con su responsabilidad.

Agregó que pese a las circunstancias, ahora se siente más tranquila porque podrá darle sepultura al cuerpo de Yolennys, quien fue víctima de feminicidio, porque según la versión de Yairis, el agresor la retuvo, abusó de ella, la asesinó y luego, al parecer, la desmembró.

Ahora piden a la Fiscalía y las autoridades competentes, hacer justica para evitar que este delito more en los aposentos de la impunidad.

Por eso hizo un llamado a la comunidad en general que ayuden a buscarlo. Que tengan como punto de referencia la foto de este sujeto, que circula por redes sociales. En caso tener alguna información de su paradero, avisar a las autoridades.

Sobre su cuñada dijo que era una mujer trabajadora, luchadora, quien llegó a Colombia desde el estado Apure hace 5 años, en búsqueda de mejores oportunidades para su familia y que nunca habló de amenazas, ni presiones por parte de su presunto homicida.

Justamente sobre Rivera, sospecha que seguramente había planeado todo, porque después de cometer el asesinato, escribió a la hija y al hermano de Yolennys, para contarles que ella recibió una llamada desde Yopal y que se había regresado.

Versión en la cual se sostuvo todo el tiempo. Los hijos de la fallecida se enteraron sobre las 11 de la noche de ese domingo 20 de agosto, que su progenitora estaba perdida. La fatídica noticia  la recibieron por una llamada que hicieron a la hija de Rivera, quien confirmó su desaparición.

Nadie imaginaba que el sospechoso fuese a cometer un acto de superlativa crueldad, porque según Yaires es un hombre calmado, de pocas palabras, pero frío y calculador.

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En el marco del “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, la Procuraduría General de la Nación reiteró su llamado a las autoridades nacionales y territoriales a la efectiva protección de los derechos de las mujeres y la consolidación de estrategias para mitigar el las cifras de feminicidios en el país y el accionar oportuno e integral de todas las entidades para la atención, protección, reparación y garantía de no repetición de todos los tipos de violencias por razones de sexo y género. 

El ente de control ha priorizado en el país 659 casos reportados urgentes de esclarecer para evitar más riesgos sobre las víctimas acreditadas y velar porque se garantice el debido proceso en los casos de violencia basada en género. También exhortó a las autoridades competentes a que en las investigaciones penales se cumpla con el principio de la debida diligencia y con la aplicación del enfoque de derechos de las mujeres. 

El órgano de control publicó los casos en todo el territorio nacional derivados de las valoraciones efectuadas por Medicina Legal a mujeres remitidas, registrándose la segmentación de estas alertas en los departamentos: 

Bogotá (202, Tolima (76), Cundinamarca (70), Antioquia (68), Arauca (39), Risaralda (32), Quindío (27), Huila (24), Santander (22), Casanare (17), Bolívar (15), Valle del cauca (13), Norte de Santander (4), Chocó (4), Cauca (3), Atlántico (2), Caldas (2), Magdalena (2), Nariño (1), Córdoba (1) 

El ente de control mostró su preocupación e hizo un llamado a la intervención administrativa del Ministerio Público y autoridades competentes a que se priorice la tramitación y atención de estos casos.

El llamado fue reiterado por la Procuradora delegada para la Defensa de los Derechos de la Infancia, la Adolescencia, la Familia y la Mujer, Viviana Mora Verbel, en su intervención en el evento Pacto Nacional para la Eliminación de las Violencias Contra las Mujeres y las Niñas. 

Para la Procuraduría, la prevención de este flagelo debe involucrar a la familia y a toda la sociedad, e hizo un llamado a en defensa de los derechos humanos de la niñez y las mujeres.

 

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Un fiscal de la Seccional Casanare logró que un juez con funciones de control de garantías de Nunchía, legalizara la captura y dispusiera de una medida carcelaria para Filiberto Córdoba, como presunto responsable del delito de feminicidio agravado en grado de tentativa.

Los hechos tuvieron lugar el pasado 20 de agosto en la vereda Rancho de Altamar, zona rural de Yopal, cuando el capturado, al parecer, ingresó a la vivienda donde convivía con la víctima y la agredió con un cuchillo ocasionándole varias heridas en su cuerpo.

La captura de Córdoba fue materializada por uniformados de la Policía Nacional el pasado 31 de agosto en una vía pública del barrio El Gaván de la capital casanareña, por una orden judicial que pesaba en su contra. El hombre no aceptó los cargos que le imputó la Fiscalía este 2 de septiembre.

 

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“Sociópata, igual que lo que quiere hacer Diego Barrera con mi mamá”. Esta fue la lapidaria frase de Edwin Barrera, gerente del Hospital Local de Yopal, a propósito de la noticia en la que el tristemente famoso Jhonier Leal confesó haber asesinado a su mamá, Marleny Hernández y hermano, Mauricio Leal, el pasado 18 de enero, y que él relaciona con el drama de violencia intrafamiliar que padece su señora madre Nubia Cecilia Rodríguez Estupiñán con uno de sus hijos y que la hace temer ser víctima de un feminicidio.

Nubia, una mujer de 70 años, con algunos achaques de salud, narró que esta problemática se remonta a hace cerca de 13 años, durante los cuales en forma silenciosa soportó el maltrato, insulto, grosería, humillación y agresión sicológica y verbal de parte de Diego Fernando Barrera, su hijo menor que ya cuenta con 34 años de edad.

Explicó que para evitar un conflicto entre él y sus dos hermanos, Edwin y Alexander, quienes ya no vivían con ella, prefirió callar los constantes atropellos los que iniciaron cuando su hijo retornó a su casa luego de haberse ido a vivir a Trinidad, municipio donde los hermanos y Nubia, lo apoyaron económicamente con el emprendimiento de un café internet.

Comenzaron los conflictos

En ese municipio Diego comenzó a tener problemas con la novia y la suegra, quien se opuso a la relación considerando, entre otras cosas, que la chica era menor de edad. Él reaccionó a esas situaciones con un intento de suicidio.  Al conocer de esta situación, Nubia fue a buscarlo para que regresara a Paz de Ariporo, ayudándolo en el montaje del café internet en un local que dispuso para ello. Finalmente, Diego terminó viviendo en la casa, con su novia, Ana Yesenia Niño, entre 2008 y 2010. Es ahí donde se evidencian los primeros encontronazos, gritos, insultos, maltratos y amenazas.

Nubia relata que Diego Fernando agredía y maltrataba a la pareja, quien recurría a ella para que la defendiera. Las dos terminaban en su habitación, encerradas con cerrojo para protegerse de la violencia del energúmeno sujeto. En juicio o en estado de embriaguez era muy agresivo, con las dos, enfatiza. Tanto que cuando lo veían iracundo se encerraban en la habitación con comida y un balde para hacer las necesidades, mientras a él se le pasaba el malgenio o se iba.

Por su parte Yesenia, en una declaración extra juicio, relata, que en varias oportunidades Diego agredió a Nubia, situación de la que ella fue testigo mientras vivió en Paz de Ariporo. Incluso contó que, en alguna oportunidad, casi le da una cachetada a su propia madre, que terminó recibiendo ella al intervenir. También refirió que en varias oportunidades debieron resguardarse en la habitación de Nubia para protegerse de él porque intentaba meterse a la fuerza golpeando la puerta, rompiendo los vidrios, gritando palabras groseras y ofensivas, diciéndoles perras, vagabundas y putas, entre otros improperios.

Yesenia no aguantó más ultrajes y terminó yéndose. Reveló que el hombre le tiraba y quemaba la ropa, le botaba los libros de estudio al tanque de agua, hackeaba el celular, la perseguía, acosaba, amenazaba de muerte si esta lo llegaba a dejar. Aunque intentó denunciarlo en dos ocasiones no logró que la atendieran en la comisaría de familia de Paz de Ariporo. Sin embargo por fin se pudo librar de él, trasladándose a otro municipio, aunque esto le representó que Diego nunca respondiera por la manutención de su hija. Actualmente lo tiene demandado ante la Casa de la Justicia en Yopal.

 El vía crucis de Nubia

Nubia durante los siguientes años siguió soportando los malos tratos de su hijo Diego, pero el pasado 4 de diciembre de 2020, no toleró más sus abusos y agresividad y sintió temor de perder la vida a manos de su propio retoño, y ser víctima de un feminicidio. Decidió huir de su casa en Paz de Ariporo para refugiarse donde su otro hijo, Edwin Barrera, en Yopal. Recordó que años atrás, en 2001, le tocó también exiliarse ante el acoso, extorsión y amenazas de un grupo paramilitar, que le mató a su esposo José de Jesús Barrera.

Con la voz entrecortada y llanto reprimido, Nubia narró que ese mismo día llegó sorpresivamente, en chanclas y con sus maletas, a la vivienda de Edwin en Yopal. Esto porque Diego llegó a las 4 de la mañana, gritando, diciendo groserías, amenazando con que la iba a matar, rompiendo los vidrios de la puerta de su habitación y una chapa para intentar ingresar. Sintió terror de que hubiera podido entrar y cumplido su amenaza de matarla. Aunque llamó a una amiga y la dejó escuchar las palabrotas que brotaban del ser que ella parió, y esta a su vez llamó a la policía, cuando esta llegó, no pudo salir de su habitación por temor a que la golpeara y le hiciera daño. Esta fue la gota que rebosó el vaso y la hizo huir del peligro en que se convirtió su hijo.

Sobrevivió a los paramilitares y ahora su terror es su hijo

Esta mujer con mirada y voz fuerte, oriunda de Socotá, Boyacá, otrora propietaria, junto con su esposo, del tradicional supermercado Los Pielrojas, que funcionó desde mediados de la década de los 80 hasta el año 2000 en pleno centro de Paz de Ariporo, afirma que han sido muchas las situaciones críticas y de violencia que le ha tocado vivir pero esta la tiene muy conmocionada y afligida, por tratarse de uno de sus hijos.

Precisamente uno de esos momentos difíciles tuvo que ver con el asesinato de su pareja a manos del grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, ocurrido en 1997. Recuerda con melancolía que su compañero de vida fue sacado de su residencia el 21 de enero de ese año, por parte de unos hombres y al siguiente día lo encontraron muerto en un paraje del municipio.

Su vida cambió drásticamente a partir de ese momento, no solo por este doloroso hecho sino porque los paramilitares se ensañaron contra ella y su establecimiento comercial, al que llegaban a saquear existencias y dinero, en una extorsión permanente. En varias ocasiones ingresaron a su casa para matarla, pero milagrosamente no lograron su cometido. Debió esconderse una y otra vez para no dejar huérfanos a sus tres hijos. Fue tanta la presión que en 2001 tuvo que huir con su prole, del todavía pequeño pueblo a Sogamoso y ser una más de las familias desplazadas por la violencia armada que sacudió a Casanare a finales de los 90 y comienzos del 2000.

En Sogamoso vivió en un apartamento pequeño, ya como cabeza de hogar y desde allí intentó gerenciar su autoservicio, pagar las múltiples deudas con bancos, proveedores y personal, que no daban espera porque estos no entendían el desmedro que el fenómeno paramilitar causó en su familia.

Sus hijos mayores, Alexander y Edwin, con mucho esfuerzo y sacrificio, comenzaron a estudiar sus carreras profesionales de ingeniería civil y medicina, respectivamente. El menor, Diego, mientras tanto estudiaba a trancas y mochas, el bachillerato, que muchos años más tarde habría de culminar.

Para el año 2003, luego de que comenzara a disminuir la violencia paramilitar, Nubia retornó a Paz de Ariporo a prácticamente empezar de cero como lo había hecho en los primeros años de los 80, cuando llegó nombrada como secretaria general y mecanógrafa del ICA. Montó un nuevo negocio, Variedades Nubiecita, ahí en el mismo sitio donde había quedado el autoservicio, en la carrera 10 No. 23-25.

Nubia relata que Diego estuvo en varios colegios, incluido el colegio militar Inocencio Chincá en Boyacá, pero no estudio una carrera profesional como sus hermanos y, a pesar de ello, siempre se le apoyó y ahora ella solo lo puede catalogar como un maltratador y un demonio, que atormenta sus últimos años de vida.

La justicia evidencia la agresión, pero obliga a la mamá a vivir con el maltratador

Aunque durante muchos años Nubia guardó silencio sobre la violencia que venía padeciendo, cuando ya vio inminente que su hijo podía matarla se armó de valor para denunciarlo por violencia intrafamiliar. Contó todo lo anterior esperando que la justicia actuara y ella pudiera recuperar la tranquilidad perdida.

En las primeras diligencias del 17 de diciembre de 2020 y del 4 de enero de 2021, la Comisaria de Familia de Paz de Ariporo impuso medida de protección a favor de Nubia y en contra de su hijo Diego, mediante la cual lo conminó a no ejercer violencia intrafamiliar contra su madre y le solicitó al comandante de la policía de Paz de Ariporo brindarle protección especial y temporal.

En el requerimiento a la policía, la comisaria Sabina Alexandra Sanabria Gaitán, informó que Nubia optó por radicarse en Yopal en la casa de su hijo Edwin Barrera. Para Nubia esta decisión fue obligada por las circunstancias no porque hubiese salido voluntariamente de su casa.

En oficio del 4 de enero de la Comisaría a la Policía, que se rotuló con carácter urgente, además de las restricciones de ley se ordenó el retiro de la casa de habitación de su mamá y se le concedió 24 horas para sacar sus efectos personales, so pena de ordenar el desalojo. Todas estas medidas tendientes a “prevenir nuevos hechos de violencia intrafamiliar o hechos que puedan atentar contra su integridad y salud e incluso prevenir un feminicidio”.

Este mismo día, la Comisaría emitió la resolución 001/21 o fallo de fondo mediante el cual se impuso medida de protección contra Diego; se le prohibió generar hechos de violencia intrafamiliar, física, verbal psicológica, patrimonial y económica contra Nubia; se le prohibió el ingreso a su casa bajo efectos del alcohol u otra sustancia sicoactiva, solo o en compañía; se ordenó el retiro o desalojo de la casa de Nubia, sacando sus efectos personales, so pena de ordenar el desalojo y la imposición de sanciones; se ordenó pagar los daños causados; se prohibió realizar publicaciones en redes sociales ofensivas, denigrantes, atentatorias contra la dignidad de su mamá; se prohibió tener algún tipo de contacto personal o por terceras personas o por cualquier medio de comunicación celular, virtual, escrito o red social con su mamá; se remitió a tratamiento psicoterapéutico a Nubia y se ordenó solicitar protección de la policía nacional.

Esta resolución fue apelada por Diego Fernando Barrera y mediante resolución 074 del 4 de junio de 2021 de la Comisaria de Familia se reconoció que efectivamente este hombre sí tuvo conductas violentas contra su progenitora. Se impusieron medidas de protección a favor de Nubia como prohibirle a Diego generar nuevos hechos de violencia intrafamiliar, presentarse embriagado o drogado en su casa de habitación, realizar daños a la propiedad; igualmente asistir a cuatro orientaciones sicológicas con la profesional contratada por la Comisaria para controlar sus emociones y si era necesario iniciar tratamiento psicoterapéutico y reeducativo por siquiatría, y se ordenó brindar atención psicológica de Nubia con la psicóloga contratada por la comisaria.

Aunque curiosa y contradictoriamente se ordenó oficiar a la Policía para que le brindara protección especial y temporal a fin de evitar un feminicidio, no se ordenó el desalojo de Diego de la vivienda de Nubia por considerar que no se probó que era un riesgo para la salud e integridad de su madre.

Por último, se instó a las partes a iniciar el proceso de sucesión por el fallecimiento del padre y esposo de Nubia, explicando que esto disminuirá los factores de riesgo de generarse nuevos hechos de violencia intrafamiliar.

En otras palabras, un problema de violencia intrafamiliar fue mutado a uno de conflicto por herencia entre hermanos, donde la madre, solo quedó en medio.

En junio 29 de 2021, el juzgado Promiscuo de Familia, confirmó la resolución No. 074-21 proferida por la Comisaría de Familia y apelada en su numeral 8, en el que no se autorizó el desalojo del hombre de la residencia.

El juzgado consideró que si bien Diego ha generado actos de violencia intrafamiliar y posible afectación psicológica a su progenitora también lo es que este niega enfáticamente maltratarla físicamente y que las diferencias son con sus hermanos. Está el dicho de la denunciante, quien afirma que es maltratada y la del denunciado que lo niega. No hay pruebas de conductas violentas repetitivas durante 15 años como lo afirma la denunciante y no está plenamente demostrado que la presencia de este represente una amenaza para la vida como para ordenar el desalojo como medida de protección.

En diciembre de 2021 nuevamente Nubia, a través de su abogada, expresó que su hijo estaba incumpliendo lo ordenado por el Juzgado, en cuanto a que arrendó el local principal sin autorización y usufructuándolo para su beneficio en menoscabo de ella, constituyéndose esto en violencia económica. También informa que el 19 de diciembre volvería a su hogar en Paz de Ariporo y resalta que el dictamen pericial del Instituto de Medicina Legal, describe que “dado el contexto se recomienda que la examinada NO CONVIVA en el mismo hogar con el agresor”.

A pesar de todo esto, la Comisaría de Familia mediante Resolución 001/22 del 12 de enero de este año, se abstuvo de imponer alguna sanción contra Diego, porque no se probó afectación económica, nuevos hechos de violencia intrafamiliar y conminó a Nubia a tratamiento sicoterapéutico con su EPS. Igualmente insistió en que se deben iniciar los trámites de sucesión ya que en gran medida los derechos patrimoniales les asisten a las partes y tienen legitimidad para adelantarlo.

El más reciente pronunciamiento del Juzgado Promiscuo de Familia de Paz de Ariporo, de febrero 2 de 2022, confirmó la resolución 001/22, donde se mantienen medidas restrictivas contra Diego Barrera, pero no se ordena el desalojo de la casa de su señora madre, por considerar que no es un peligro para su mamá.

Nubia desesperanzada

Para esta mujer adulta mayor, que solo quiere vivir sus últimos años de vida en la tierra que la acogió, es muy triste que todos los fallos salgan en su contra y a favor de su maltratador hijo. Cuestiona que la justicia no le crea lo que ella ha narrado sobre el miedo que le tiene a Diego. Se pregunta ¿Cómo cree que uno vaya a denunciar un hijo por maltrato intrafamiliar, si no fuera cierto?

Reitera que “No tengo cómo probar golpes porque yo me protegía en mi pieza, es segura, tiene un pasador muy fuerte, del portón a mi pieza hay como seis metros y de lógico que él se hacía al frente de mi pieza y no podía salir para abrirle a la policía porque él me golpeaba”. “Entonces uno tiene que estar muerto para que se haga justicia”, increpa.

Por ahora ella se niega a volver a su casa en el centro de Paz de Ariporo, mientras su hijo, al que llama “el maltratador”, se vaya.

Edwin Barrera también denunció a su hermano por amenazas, calumnia e injuria

Por su parte Edwin Barrera, gerente del Hospital local de Yopal, se siente impotente porque no ha habido forma de que esta problemática termine a pesar de asesorarse de abogados, de las pruebas de violencia aportadas, de que su mamá tiene 70 años, es decir, es mujer y adulta mayor, y que hay más testimonios de personas que han sido maltratadas por Diego pero como la justicia no hace nada, les da miedo denunciarlo. Desde hace rato él también libra una batalla jurídica contra su hermano, a quien denunció por amenazas de muerte, evidenciadas en sus publicaciones en redes sociales y estados de WhatsApp, donde hace visible que porta arma de fuego. En una de estas, expresó que «No la tiene toda hp yo también la porto aquí esperándolo pa meterle 5 y samparme 2 pero los hombres no se humillan se matan hp, si tiene huevas lo estoy esperando desde hace dias hp» (sic).

Contexto de violencia intrafamiliar y feminicidios

Entre enero y noviembre de 2021 en Colombia se reportaron 118 mil casos de violencia intrafamiliar mientras que en Casanare se denunciaron 2.030, según cifras de la Policía Nacional, Defensoría del Pueblo y Procuraduría General de la Nación.

Los municipios con más reportes al SIVIGILA son Yopal con 983 casos, seguido de Aguazul con 163, Paz de Ariporo con 161, Maní con 139, Villanueva con 128 y Tauramena con 113.

También en 2021 se han registrado 630 casos de homicidios cuyas víctimas han sido mujeres, de los cuales 64 pueden ser catalogados como feminicidios. De estos, al menos se han presentado 3 en Casanare, Nubia Estefanny Ramírez Parada, Sandra Milena Tupanteve Hernández y Sonia Díaz. Solo los dos primeros hechos fueron esclarecidos mientras que el último, tras cinco meses de haber sucedido, no muestra avances en la Fiscalía.

Familiares de Sonia, precisamente destacaron que ella tenía medidas de protección porque su excompañero sentimental Diego Andrés Suárez Daza, la amenazaba con matarla si intentaba rehacer su vida. Tenían prevista una audiencia de conciliación el 8 de noviembre de 2021 pero ella no pudo llegar a la cita porque fue asesinada, presuntamente por él, según testimonio de su propia hijita de 3 años, delante de la cual fue apuñalada hasta morir.

Las medidas de protección desafortunadamente se volvieron un saludo a la bandera porque no hay policía que pueda atender la seguridad de tantas personas amenazadas o en riesgo. Ni siquiera hay pie de fuerza para controlar un territorio como Yopal o Casanare, mucho menos para proteger a las indefensas víctimas de violencia intrafamiliar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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En Sogamoso, Boyacá, y mediante orden judicial fue capturado un hombre de 46 años de edad, como responsable del feminicidio de una mujer de 35 años de edad, en hechos ocurridos el pasado 28 de octubre de 2021, en el barrio Villa del Sol en Yopal.

Cabe recordar que un vecino del sector, al percibir el fuerte olor que emanaba de una habitación de la vivienda de dos pisos, dio aviso a uniformados de la Policía, quienes llegaron al sitio y hallaron el cadáver de la mujer de nacionalidad venezolana en avanzado estado de descomposición.

El coronel José Rafael Miranda, comandante de la Policía en Casanare, señalo que, esta persona fue dejada a disposición de la autoridad competente, por el delito de feminicidio, donde un juez de la República le definirá su situación jurídica.

El menor de 5 años, hijo de la pareja, ya está bajo custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, confirmó el coronel Miranda Rojas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Luego de investigación adelantada por personal policial adscrito a la Seccional de Investigación Criminal (SIJIN), en coordinación con la Fiscalía 8 Seccional de Yopal, se logra la captura de dos hombres de 46 y 38 años de edad, señalados de cometer un feminicidio el pasado 16 de enero, en el barrio Los Libertadores del municipio de Maní.

El coronel José Rafael Miranda, comandante de la Policía de Casanare, indicó que, la recolección de los elementos materiales probatorios y la evidencia física, permitieron establecer que estas dos personas serían los responsables de este lamentable hecho que enlutó a la comunidad maniceña.

El coronel Miranda Rojas, señaló que, según las investigaciones adelantadas, el hombre de 38 años de edad fue la persona que planeó el homicidio y le pagó a un hombre de 46 años, para que cometiera el crimen en contra de su compañera sentimental.

Este sujeto que le causa la muerte a Nubia Stefani Ramírez Parada, sería una persona desmovilizada de un grupo al margen de la ley y tenía antecedentes por los delitos de homicidio y concierto para delinquir, informó el comandante de la Policía de Casanare.     

Las capturas de estas personas se materializaron en las calles 15 y 18 del barrio Libertadores de Maní y fueron dejados a disposición del Juzgado Promiscuo Municipal, donde deberán responder por el delito de feminicidio agravado.

 

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Gracias a la oportuna llamada telefónica realizada por la comunidad, uniformados de la patrulla del cuadrante adscrita al CAI Campiña, lograron capturar a un hombre de 46 años de edad, solicitado por el delito de feminicidio.

El hombre detenido en la calle 26 con carrera 11 en el barrio Araguaney de Yopal, sería el autor material de un feminicidio cometido el pasado 15 de febrero al interior de una vivienda ubicada en el barrio Inglés de la localidad Rafael Uribe Uribe de Bogotá. 

Los hechos se presentaron cuando este sujeto en medio de una fiesta familiar y bajo los efectos del alcohol, comenzó a reclamarle a su esposa por celos y de un momento a otro, se abalanzó contra su compañera sentimental agrediéndola en repetidas ocasiones con un cuchillo de cocina en presencia de los presentes.

En su momento la mujer fue llevada por algunos familiares a un centro hospitalario donde lamentablemente falleció debido a la gravedad de las lesiones recibidas, mientras que el agresor huyó del lugar con rumbo desconocido, siendo capturado hoy en la ciudad de Yopal. 

El capturado fue dejado a disposición de la Fiscalía No. 326 local unidad vida élite de Bogotá, para su respectiva judicialización.

 

 

 

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