Militares retirados del Ejército, reconocieron su responsabilidad en los casos de “falsos positivos”, cometidos bajo su comandancia en Casanare, ayer en Yopal, durante el acto de reconocimiento que hicieron ante las víctimas a expensas de la Comisión de la Verdad.

Tres exintegrantes del Ejército vinculados en casos de ‘falsos positivos’ en Casanare reconocieron este miércoles ante sus víctimas su responsabilidad en la comisión de esos hechos. Entre ellos, el mayor (r) Gustavo Soto Bracamonte, que comandó el Gaula militar en ese departamento entre 2006 y 2007, unidad que dejó más de 70 víctimas.

Se ratificó así la execrable práctica macabra de los falsos positivos en Casanare, entre los años 2006 y 2007 en el departamento, cuando era comandante del Ejército, el general Mario Montoya, y comandante de la XVI Brigada el general, Henry Torres Escalante.

“Qué fácil es hacer de la guerra el escenario del éxito de algunos pocos, que nos pedían resultados a diario y litros de sangre. Nada de lo que dejamos consignado en los documentos era real. Todo era organizado, era falso”, dijo el sargento segundo (r) Faiber Alberto Amaya. Resaltó que aunque era un militar que se había destacado en diversos batallones del Ejército, fue en el Gaula Militar Casanare, donde bajo la subordinación y órdenes de sus superiores, tomó decisiones que no debió tomar nunca y las cuales llevaron a sufrir no solo a las víctimas y sus familias sino a todo un departamento, que terminó siendo estigmatizado. Pidió perdón y expresó que “Hacer la guerra es fácil, pero venir aquí a reconocer el daño que hemos hecho es muy difícil”.

Manifestó que durante mucho tiempo guardó silencio y negando lo sucedido pero cuando llegó a la JEP, comenzó a reconocer la verdad y el arrepentimiento de los hechos cometidos. Y Luego recordó, en medio de lágrimas, que durante el encuentro con las víctimas, donde vio el gran dolor causado pero a la vez el amor tan grande para perdonarlo. Por todo esto continuará aportando la verdad para tratar de resarcir todo el daño causado.

A su turno el mayor Gustavo Soto Bracamonte, comandante del Gaula Militar en Casanare entre 2006 y 2007, textualmente dijo, con una voz entrecortada que: “Vengo a reconocerles que yo soy el victimario de sus seres queridos”. Agregó que él se convertirá en un escudo protector que limpiará ante Colombia y el mundo entero, el buen nombre de sus familiares. Recordó con nombre propio a muchas de las víctimas, de las cuales afirmó que no eran combatientes ni guerrilleros, solo se reportaban para satisfacer las necesidades de sus superiores.

Como en anteriores oportunidades, expresó que cuando llegó al Gaula el coronel Henry Torres Escalante, comandante de la Brigada 16, lo conminó a dar resultados. “No se vaya a dejar ganar del mayor Camargo, que es un excelente oficial, mire los resultados. Y me mostró ahí en el centro de operaciones, en un tablero blanco de unos 50 cm, todos los resultados de la Brigada 16. Resultados reflejados en muertes”.

La época más difícil fue la del general Mario Montoya, comandante del Ejército. Recordó un encuentro de comandantes de unidades tácticas con este general y allí se evaluaban los resultados. “El comandante de la brigada proyectaba con videobeam los resultados de cada unidad y el comandante de cada una pasaba al frente, para que el general Montoya lo viera. Ahí pude ver cómo amenazó con relevar al comandante del batallón de infantería Joaquín París de San José del Guaviare por falta de resultados operacionales. Posteriormente lo relevó”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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“Como víctima vamos a saber por fin la verdad de nuestros hijos. Lo que más nos interesa es que se diga la verdad, que mi hijo de 19 años no era un guerrillero. A él se lo llevó el Gaula Militar un día, 27 de septiembre de 2005, y al siguiente ya estaba muerto y no sabemos por qué el Ejército lo mató de esa forma miserable”, expresó el padre de uno los hombres asesinados por la fuerza pública, en los hechos conocidos como falsos positivos o ejecuciones extrajudiciales.

"Quiero conocer los motivos de porqué el Gaula Militar mando matar a mi hijo, porqué lo sacaron de su lugar de trabajo y lo dejaron al lado de una carretera, con el argumento que lo habían dado de baja en combate, según ellos por ser el jefe de finanzas del frente 28 de las Farc, lo que no es cierto, ya que él solo tenía 19 años, era un muchacho joven y trabajador, quien se movilizaba en una cicla, que yo la había regalado cuando solo tenía 10 añitos", dijo indignado el padre, quien reiteró que ya perdonó a los agresores de su hijo.

Las declaraciones del padre del joven asesinado las realizó en rueda de prensa convocada este lunes por la Comisión de la Verdad, como preámbulo al acto de reconocimiento que hicieron hoy a partir de las 9 de la mañana en Yopal, los militares sobre sus responsabilidades en el asesinato de personas indefensas en Casanare.

El encuentro contó con la presencia de víctimas y responsables. Cinco testimonios de parte de las víctimas que ayudarán al país a hacer memoria sobre este flagelo y en cuyas historias particulares se refleja el dolor de muchas familias. Tres de los responsables, con quienes se ha adelantado proceso previo de diálogos en privado, entre los que se cuentan: el sargento segundo Faiber Amaya y el mayor Gustavo Soto Bracamonte, comandante del Gaula Casanare, ambos miembros retirados del Ejército Nacional.

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Durante el fin de semana se presentó un caso de esta nueva modalidad de extorsión, en el corregimiento de Tilodirán, viéndose afectados varios jóvenes pertenecientes a una empresa del sector eléctrico.

El ‘Falso Servicio’ opera desde la cárcel, a través de llamadas telefónicas, en donde se solicita cualquier tipo de asistencia o prestación de un servicio profesional, en un lugar recóndito como veredas o asentamientos donde no entre la señal telefónica, para luego intimidar a las personas y solicitar el pago de dinero.

¿Qué ocurrió en Tilodirán?

El mayor Nixon Salamanca, comandante del Gaula Militar Casanare dio a conocer los pormenores de un caso ocurrido el viernes anterior en el corregimiento de Tilodirán. “Un grupo de jóvenes que trabajan en el sector eléctrico fueron engañados a través de una llamada telefónica desconocida, en donde se les solicitó realizar un trabajo en el corregimiento, al llegar al sitio los muchachos fueron intimidados vía telefónica pidiéndoles que no se movieran del lugar, para solicitar una suma de dinero a sus familiares”.

“Realmente los delincuentes no estaban en la zona y mediante las llamadas intimidaron a estos jóvenes en medio de la nada, afortunadamente el grupo de Caballería del Ejército Nacional se desplegó rápidamente en la zona, y logró rescatar el vehículo y los jóvenes sin ningún daño”, refirió Nixon Salamanca.

El comandante del Gaula Militar instó a quienes trabajan con prestaciones de servicios a que tengan precaución y consulten bien los lugares donde piensan movilizarse. “La línea del 147 es gratuita y destinada para atender estas denuncias contra los extorsionistas”.

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Sobre las 2:00 de la tarde de este 12 de marzo, en la vía pública de la Avenida Calle 167 con carrera 58B de la ciudad de Bogotá, personal del CTI Casanare en coordinación con el Gaula del Ejército en Casanare, materializaron la captura por orden judicial de Miguel Alfonso Alvarado Pinilla, por el delito de concusión en concierto homogéneo. Dicha orden fue emanada por el Juzgado Segundo de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Yopal, donde resolvió una pena de 84 meses de prisión y una multa de 62 salarios minimos legales mensuales vigentes.  

Según dio a conocer la Fiscalía, para el año 2007, Miguel Alfonso Alvarado Pinilla, en su condición de profesional universitario del Instituto Geográfico Agustín Codazzi sede Villavicencio, se reunió en Aguazul con Ana Kamir Fernández y Mario Jiménez Fonseca, oportunidad en la cual les pidió la suma de $2.000.000 a cada uno, para elevar el avalúo comercial de dos predios de propiedad de estos, ubicados en la vereda el Porvenir del corregimiento El Morro en Yopal y en zona rural de Aguazul para luego ser vendidos por los propietarios a Corporinoquia.

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