Viernes, 10 Julio 2020 05:27

Restaurantes en Yopal: Sin comensales por la pandemia (informe especial)

Escrito por Rosalba Múnera Valencia
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“Pasamos de tener 150 servicios al medio día a cerrar de un día para otro, tuvimos que prescindir de nueve trabajadores”: Andrés Pacheco, propietario del restaurante “Parrillero".

Desde que el Gobierno Nacional anunció las medidas para evitar la propagación del Covid-19, la gastronomía ha sido uno de los sectores con mayores dificultades para sobrevivir.

Pese a los esfuerzos por reinventarse a través de los domicilios, para una gran mayoría esta alternativa no ha representado un alivio real a la crisis particular de cada dueño de negocio.

Según la Asociación Colombiana de la Industria de la Gastronomía ACODRES en el país han tenido que cerrar 27.600 restaurantes y establecimientos de comidas rápidas, un 30 por ciento de la industria.

El mayor problema para los dueños de restaurantes, en la escala de tropiezos, es el canon de alquiler de sus establecimientos, por falta de llegar a acuerdos con sus arrendatarios o las inmobiliarias, seguido por la obligación que muchos empresarios tenían con la banca, con la que no pudieron cumplir con los pagos acordados, así como los servicios públicos, impuestos y nómina.

Y es que, el cierre temporal o definitivo de los restaurantes, ha traído consigo el tener que prescindir del recurso humano, asistentes, cocineros, meseros y todo un grupo de personas que hoy viven su propio drama humano al quedar sin empleo.

En Casanare, el panorama no es diferente, la crisis ha golpeado no solo a los pequeños y medianos negocios, algunos con menos de tres años, sino que tocó a tradicionales y reconocidos restaurantes, los locales vacíos dan cuenta de la decisión de algunos comerciantes de cesar su lucha contra el mar de inconvenientes que trajo la pandemia.

El registro según la Secretaría de Salud de Yopal, es de 1. 700 pequeños, medianos y grandes restaurantes, que siguen vigentes, a los cuales se ha llegado en un 50 por ciento, para verificar el alistamiento y cumplimiento de normas de bioseguridad que les permita prestar el servicio.

Algunos de estos restaurantes, tomaron la decisión de ofrecer el servicio a domicilio, pero sus propietarios aseguran que no se llega ni al 10 por ciento de las ventas de almuerzos y desayunos que normalmente vendían antes de la crisis sanitaria originada por el coronavirus.

En Yopal, propietarios de restaurantes, que han solicitado la visita de la Secretaría de Salud Municipal, atienden un reducido número de comensales, cumpliendo normas de bioseguridad y esperanzados en que se les permita abrir sus puertas con libertad y conservando las reglas necesarias para evitar el contagio.

La fuerza y entereza está viva, pero sus historias son lacónicas, tras tener que prescindir de personal que fue importante en el éxito de sus negocios, algunos de ellos se vieron obligados a cambiar su estilo de vida y tuvieron que mudarse a los locales para evitar otros gastos. Otros recuerdan con cuando atendían hasta 120 personas en un día.

El Rostro de la resiliencia

Andrés Pacheco, propietario de “Parrillero” restaurante con una trayectoria de 10 años en el mercado de Yopal, ubicado en la carrera 29 con calle 28, reconoce que es la mayor crisis que ha enfrentado desde que  emprendió su empresa, pasando de una operación de más de  150  almuerzos y un alto número de platos a la carta en horas de la noche, a cero al cerrar sus puertas, mientras se implementó la estrategia del servicio a domicilio  que representa apenas el 25 por ciento  de las ventas tradicionales.

Para Pacheco, esta estrategia no compensa los costos fijos y operativos que se tienen a diario en el restaurante.

Las alternativas o salvavidas del Gobierno, no se han visto como ayudas, ya que para acceder a los dineros a través de la banca, necesariamente se tiene que acudir a préstamos, con tasas de interés altas, razón que las hace inviables.

“Hacemos un llamado a las autoridades sanitarias y a la Cámara de Comercio de Casanare, para que fortalezcan el plan piloto que permita abrir pronto los restaurantes, siendo una  de las actividades más damnificadas por la pandemia, un renglón económico frágil, que no permite la sostenibilidad en las condiciones actuales” expresó Pacheco.

De otra parte Carlos Sandoval, propietario del restaurante “La Receta” con cinco años en el mercado, ofreciendo platos caseros a precios cómodos y asadero los fines de semana, explica que, en su negocio se vendía un promedio de 30 desayunos y 100 almuerzos diarios.

Con su proyecto andando y con miras a expandirse, pagaba dos locales, préstamos bancarios, además de los gastos que demandaba el funcionamiento normal del negocio.

Cuando el Gobierno obligó al aislamiento preventivo obligatorio, se cerraron las puertas, pero las deudas y obligaciones siguieron creciendo.

Según el comerciante, duró un mes encerrado con su familia y luego abrió para vender en el punto a comensales que recogían la comida e implementó el domicilio que él mismo atendía, pero no representa ni un 10 por ciento de sus ventas normales.

De otra parte, su esposa y una empleada, Gloria Amparo Delgado con quien acordaron menos sueldo, le han puesto de nuevo el pecho a la preparación de los alimentos. La   situación los obligó a prescindir de dos cocineras, una auxiliar y dos meseros.

Para reducir gastos, se mudó con su familia al local del negocio que cuenta con un pequeño espacio para vivienda.

“Esta pandemia nos cambió el chip, de ahora en adelante no se trata de apostarle a cosas grandes y endeudarse, se trata de sobrevivir con lo que se tiene y sostenerlo” concluyó Carlos Sandoval.

A punto de tirar la toalla

Zoraida Cifuentes, propietaria del restaurante popular “Las Gaviotas” hace tres años, en la carrera 29 con calle 26, dice que pese a las vicisitudes que trajo la pandemia, sobrevivir no ha sido un imposible.

Antes de la cuarentena contaba con 13 mesas, que se llenaban de clientes, siete dentro del local y seis afuera, y sus ventas crecían llegando a vender aproximadamente 110 almuerzos diarios.

La crisis la obligó a despedir al jefe de cocina y otras tres personas que le colaboraban en el negocio.

Después de cerrar sus puertas desesperada empezó a visitar a sus vecinos y a ofrecerles el servicio de alimentos a domicilio, encargándose ella misma de hacer los domicilios.

Cifuentes agradece la confianza de los expendedores de carne y víveres que le permitieron llevar fiado y pagarles semanalmente y la compresión de su arrendataria, con quien hizo acuerdos de pago para seguir en el local donde se hizo conocer.

Actualmente no ha pagado los servicios públicos y lamenta el cierre de al menos tres restaurantes vecinos que trataron de implementar el domicilio para sostenerse, pero lamentablemente fracasaron en el intento.

“Estuve a punto de tirar la toalla, pero me toca seguir, este negocio es mi vida y sigo con la camiseta puesta, nada me va a detener es lo que se hacer” concluyó Cifuentes.

Por su parte Alexander Amaya, propietario de “El Camarón Rojo”, negocio tradicional de Yopal con más de 22 años de trayectoria, ofreciendo comida de mar, indicó que los años y experiencias compartidas con sus clientes han sido el motor y motivación para sostenerse pese a la pandemia.

Agregó que tener un local propio, ha sido de gran ayuda en la crisis, sin embargo, le duele haber tenido que prescindir de nueve de sus empleados.

El domicilio no ha sido la mejor estrategia, según el comerciante para llegar a sus clientes, debido al tipo de comida que ofrecen, “las delicias del mar, no son bien recibidas en contenedores desechables”.

Sin embargo, la pulcritud del manejo de la comida de mar, ha sido un factor por el cual los clientes lo siguen buscando.

“Siempre adelante y en ningún momento he pensado en abandonar el barco, alimentarse es parte de la vida y por ende siempre estaremos vigentes y seguiremos avanzando” expresó Amaya.

 ¿Qué dice la Alcaldía?

Jimmy Barrera, secretario de Desarrollo Económico, Medio Ambiente y Turismo de Yopal, manifestó que, preocupados por este importante sector de la economía, han realizado reuniones con representantes del gremio a través de mesas de trabajo que permitieron concertar y preparar un plan piloto de reapertura de los restaurantes, que ya se envió para su revisión y aprobación al Gobierno Nacional.

Todo esto, teniendo en cuenta que el Ministerio de Salud expidió una resolución en la que se establece un protocolo de “entrega para llevar” por parte de los restaurantes en el país. Además, mantiene la autorización para que estos presten el servicio a domicilio y posterior apertura.

Agregó el funcionario, que las Secretarías de Gobierno, Salud y su cartera, trabajan unidos, con miras a habilitar la apertura definitiva de los restaurantes con los protocolos de bioseguridad exigidos al sector de la gastronomía en el municipio, que incluye los pequeños puntos de venta de comida.

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