Miércoles, 07 Octubre 2020 05:52

La literatura en tiempos de pandemia

Escrito por Pilar León Martínez
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Truman Capote decía que la literatura es un amo muy tirano. Escribir requiere, paciencia, disciplina, rigor y soledad. Dura tarea enfrenta un escritor en la batalla de vencer la página en blanco. La pandemia de la Covid 19 confinó a media humanidad a las penurias del aislamiento forzado, a vivir a través de las pantallas, simulando una falsa cercanía con amigos y familiares. Para los escritores el panorama fue menos trágico. El acto de escribir se elabora en soledad; los mejores amigos de los escritores son los libros, el buen cine, rigor en la edición del texto, trabajo y disciplina. La recompensa: el placer de crear, de pintar la realidad con colores propios, permitirse el lujo de ser creativos y únicos.

Lo que para muchos fue una condena; para los escritores el  aislamiento se convirtió en oportunidad. Los amantes de las letras empezaron a saborear la exquisitez de la palabra, así como se hace con el buen vino. Los tiempos quietos hicieron posible, el deleite de reflexionar despacio y sin prisas sobre los textos, el espacio confinado ha sido propicio para crear, corregir, plantear puntos de vista y miradas para abordar el fruto del trabajo intelectual. La felicidad del pez que fuera del agua se asfixia y vuelve a respirar feliz en su medio acuático.

En las redes sociales se propiciaron encuentros de escritores y poetas, que pudieron reunirse a pesar de las diferencias de horarios, se obvio el abismo del espacio. Se concertaron citas son los pares diseminados en todas las latitudes del planeta. Fue posible compartir sentimientos, emociones y hasta las dificultades que el nuevo orden mundial derivado por la pandemia puso a vivir a todos.

Como por arte de magia, empezaron a darse encuentros nacionales e internacionales que antes estaban asignados a una pequeña cofradía a la que era muy difícil ingresar. Se abrieron las convocatorias que al ser virtuales ofrecían una amplia gama de participación. Tal apertura derivó en abusos contra los escritores. Algunos encuentros de tipo formal que ya contaban con recursos para la realización de eventos, solicitaron a los participantes enviar videos para mostrarlos como evidencia de su participación, mientras los recursos destinados a dichos encuentros se quedaron en los bolsillos de los organizadores. Por su parte, los escritores sólo recibieron palmaditas en la espalda por abnegado trabajo.

El gobierno compra libros a las grandes casas editoriales, mientras los autores carentes de ingresos estables y que con grandes sacrificios hacen  auto publicaciones  no encuentran compradores para sus libros. La pandemia agudizó las dificultades para hacer presentaciones de libros con un público real y la posibilidad de vender el texto. Las redes inundaron los espacios con tantos eventos simultáneos que agotaron al público, en este momento la gente ya no desea conectarse a algún evento cansados de tanto oferta repetitiva y falta de imaginación.

Los trabajadores del mundo con justa razón exigen el pago por su trabajo y por sus saberes. No sucede lo mismo con los intelectuales, a estos se les pide que su trabajo sea una colaboración y que como contraprestación se pueden dar a conocer a través de los medios de comunicación, a la hora de pagarles por su trabajo se les  dice no hay dinero. Las sociedades de avanzada valoran en mucho a sus creadores. Colombia, paga enormes sumas a reguetoneros y otros falsos artistas dedicados al mundo del espectáculo, no invierte en cultura; alternativa capaz de generar pensamiento crítico que tanta falta hace en nuestra sociedad; para construir un país tolerante, reflexivo, capaz de vivir en armonía respetando las diferencias, apostándole de este modo a la paz.

 

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1 comentario

  • Enlace al Comentario Jairo Centeno Miércoles, 07 Octubre 2020 17:58 publicado por Jairo Centeno

    Una muy respetable postura acerca de la realidad de muchos escritores que no han logrado un espacio en el estrato más alto de artistas, no sólo de Colombia, sino a nivel mundial. No por esto la literatura está en crisis.
    Te felicito amiga por tu crítica reflexión, un espaldarazo a quienes quisiéramos mejor trato por el trabajo que hacemos.

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