Miércoles, 26 Marzo 2025 09:12

Jornada de hurtos en el Ramón Nonato Pérez

Escrita por
Califica esta noticia
(0 votos)

Una menor de edad denunció junto con su familia que fue víctima de hurto en el sector de la plazoleta Ramón Nonato Pérez, de Yopal. El ilícito sucedió el pasado lunes festivo 24 de marzo sobre el mediodía.

La adolescente narró que iba en búsqueda de una papelería para comprar el material que necesitaba, para cumplir con una tarea escolar. Al cruzar por la mencionada plazoleta ubicada en pleno centro de Yopal, a una cuadra de la Gobernación, fue abordada por dos motocicletas, en las que se movilizaban tres sujetos.

De una de las motos descendió un hombre quien la abordó y le rapó la cadena de oro que le habían regalado de cumpleaños. El sujeto también intentó quitarle el celular, pero como no lo consiguió huyo del lugar.

Narró la víctima, que acto seguido estos mismos individuos abordaron a una señora a quien le robaron el bolso, donde guardaba una suma superior a los dos millones de pesos.

Era como si estos sujetos estuviesen haciendo una jornada de hurtos en el Ramón Nonato Pérez. Perpetraron dos robos en unos cuantos minutos.

Indiferencia

Más allá del ilícito, la menor de edad cuestionó la falta de solidaridad ciudadana. Contó que en el momento en que era despojada de sus pertenencias gritó, pidió ayuda y las personas que se encontraban a su alrededor permanecieron indiferentes ante sus llamados de auxilio, ninguna reaccionó en su defensa.

Pareciera que los hurtos en Yopal se convirtieron en parte del paisaje urbano, como los semáforos o los edificios, que conformen el entorno de la ciudad.

En ese momento pasaba por el lugar una patrulla de la Policía que se percató de lo acontecido e inició la persecución de los señalados ladrones, a quienes capturó unas cuadras más adelante.

Por un momento la joven acarició la ilusión que se hiciera justicia. Pronto se estrellaría con la realidad y ese sueño se dilataría entre trámites y disposiciones legales que la dejarían con el sabor amargo de la iniquidad.

La denuncia

La narración acerca de la denuncia que instauró ante la Fiscalía estuvo pletórica de escenas que rayan en lo inverosímil, pero que hacen parte de la realidad de la justicia colombiana.

Para comenzar explicó que, además de la captura del sospechoso del hurto, fue recuperado el bolso que le quitaron a la otra víctima del robo. Sin embargo, el dinero y la cadena de la menor de edad nunca aparecieron.

Precisó que el señalado victimario era un menor de edad. En este punto se abrió en todo su esplendor la puerta de la desigualdad entre víctima y victimario, todo con el auspicio del sistema de justica que tenemos en el país.

Mencionó que, por tratarse de un menor de edad, el sospechoso recibió asistencia psicológica. Quizá, para verificar con no hubiese tenido ningún trauma emocional o psicológico por haber perpetrado el hurto.

Contó que le indicaron que el joven debía pasar por un examen en Medicina Legal, para constatar que no hubiese sufrido ninguna lesión durante y después del atraco.

Igualmente, le proporcionaron comida, pero el presupuesto oficial no alcanzó ni para brindarle una bolsa de agua de 500 pesos a la adolescente víctima del robo.

Ella señaló que tuvo que permanecer sin alimento desde las 4 de tarde hasta las 9 de la noche, hora en que terminó todo el proceso de denuncia en la Fiscalía.

Rompió en llanto la joven al ver la preocupación que mostró la justica con su victimario, mientras que a ella la dejaron a deriva. No tuvo acompañamiento psicológico, pese al trauma que le generó el hecho.

Ahora teme salir a la calle por miedo a que nuevamente sea víctima de otro delito, sin contar el pánico que le provocaron las amenazas proferidas por la familia del sospechoso, quienes llegaron a la Fiscalía a insultarla a ella a sus acompañantes.

Epílogo

Una de las personas que acompañó a la adolescente a instaurar la denuncia expresó que, durante el trámite llegaron al lugar varias mujeres familiares del señalado de perpetrar el hurto.

Indicó que estaban iracundas. Les recitaron todo el repertorio de insultos, oprobios y madrazos que conocían. Desafiaron a la familia de la menor y finalmente las amenazaron.

También manifestó que responsabilizan a estas féminas por lo que le pueda llegar a pasar a la menor y su familia.

 Adicionalmente esta persona aseguró que, durante el recital de insultos y desafíos, el policía que se encontraba en ese momento le dijo que saliera del lugar.

Ella se negó a hacerlo porque era evidente la cara de pocos amigos que tenía este grupo de mujeres y sus serias intenciones de agredirlas. Al final de la diligencia de denuncia, fue necesario sacar a la menor y su familia por una puerta lateral, para evitar exponerlas a las energúmenas mujeres.

Finalmente, pese a todas estas vicisitudes la adolescente invitó a las personas que han sido objeto de cualquier hecho delictivo a denunciar. Guarda la esperanza que algún día las cosas cambien, que la justicia reivindique a las víctimas.

Leído 👁️ 2165 vistas Veces Última modificación el: Miércoles, 26 Marzo 2025 22:04