El pasado sábado 14 de septiembre, el sur de Casanare fue testigo de una destacada movilización del Partido Liberal, encabezada por el representante Hugo Archila. La ocasión fue la conmemoración del septuagésimo primer aniversario de la entrega de armas en Monterrey, un evento que simboliza la paz en la región.

La participación de líderes y figuras políticas liberales reafirma el compromiso del partido con la comunidad y su intención de consolidar su influencia en esta zona del departamento.

La actividad contó con la presencia de varios representantes del partido, como el diputado Jorge García y el exdiputado Jorge Eliécer Morales, el concejal Cristian Vega de Paz de Ariporo, Andrés Vega concejal de Monterrey.

También participó Alexander Contreras, director departamental del Partido, Gilberth Rivera Cely excandidato y segunda mejor votación en las pasadas elecciones en Tauramena, Julián Piñeros, Edgar Bernal exalcalde de Recetor, el líder ambiental y excandidato al concejo Luís Luna, entre otros políticos y militantes liberales.

Este tipo de encuentros no solo celebra la historia local, sino que también sirve como plataforma para que los líderes compartan sus visiones y propuestas para el futuro. La asistencia masiva demuestra el creciente apoyo hacia los liberales en una región que ha sido históricamente significativa para el partido.

Además, la tradicional cabalgata que acompaña esta celebración se convirtió en un espacio para fortalecer lazos entre los ciudadanos y sus representantes.

Con la participación de figuras como Carlos Romero, actual concejal y excandidato a la Alcaldía de Monterrey, así como William Roa, exalcalde de Sabanalarga, se evidenció un esfuerzo conjunto por revitalizar el espíritu comunitario y fomentar un diálogo abierto sobre las necesidades locales. Este tipo de actividades son cruciales para mantener la cercanía entre el sector político y la población.

El evento no solo resalta el legado histórico del liberalismo en Casanare, sino que también señala una estrategia clara hacia las próximas elecciones.

A medida que se acercan las contiendas electorales, la capacidad del partido para movilizar a sus bases y atraer nuevos seguidores será determinante para su éxito. La consolidación de un liderazgo fuerte y visible en eventos como este es esencial, para mantener su relevancia política en el departamento.

 

Publicado en Política

Un parte de tranquilidad a los  seguidores y ciudadanía en general, entregó el grupo político de la campaña de Marco Tulio Ruiz Riaño.

Según este pronunciamiento, el candidato a la Alcaldía no tiene ningún tipo de inconveniente que ponga en vilo su aspiración, por recibir la adhesión del conjunto de liberales rebeldes.

Como se recuerda, esta semana un grupo de militantes del Partido Liberal decidieron brindar su apoyo públicamente, a la candidatura de Marco Tulio Ruiz a la Alcaldía de Yopal y César Ortiz Zorro, a la Gobernación, argumentando un desacuerdo con las directivas departamentales de la colectividad roja.

Horas más tarde el exsenador Carlos Cárdenas Ortiz, quien hace parte de la campaña de Javier Rivera, aspirante a la Alcaldía de Yopal por el Partido Liberal, advirtió que al recibir este apoyo, Marco Tulio Ruiz estaría incurriendo en doble militancia, incluso podría comprometer el aval que en este momento ostenta.

Estas declaraciones generaron controversia en el medio político local, por lo que desde las huestes Ruiz Riaño, candidato por Cambio Radical, entregaron su versión de los hechos.

El encargado de esta tarea fue el exalcalde y abogado Rodrigo Chaparro, quien dio inicio a su intervención explicando desde el punto de vista jurídico, la definición de esta frase.

“La doble militancia es la prohibición constitucional que hizo el Estado colombiano para que un persona no pueda militar simultáneamente, en más de una organización política con personería jurídica, decía el artículo siete de la Constitución”.

Así mismo hizo referencia al segundo artículo de la Ley 1475 de 2011, donde se prohíbe la doble militancia, “no por causales taxativas sino constitucionales”, explicó el abogado Chaparro.

Agregó que son las eventualidades las que configuran la doble militancia, que se traduce en que una persona pertenezca a más de un partido de manera simultánea.

Describió cuáles son esos casos. Primero que una persona quien haya participado, dentro de las consultas internas de un partido o interpartidistas, termine luego apoyando a un candidato de otro movimiento político.  

También reglamenta que los órganos administradores y todas las directivas de partidos o movimientos políticos, deben renunciar con 1 año de anticipación, si desean aspirar a un cargo de elección popular.

Otra eventualidad consagra que una persona que haga parte de las directivas de un partido político, mientras esté en el cargo, no puede apoyar a un candidato de otra colectividad.

Así mismo, Rodrigo Chaparro dijo que puede darse la doble militancia, por apoyo o falta de solidaridad, de un elegido con credencial o de un candidato, a cualquier cargo de elección pública o cargo uninominal. Para explicar mejor puso el caso del senador César Pachón.

Precisó que el congresista hacía parte del Pacto Histórico, pero su credencial la obtuvo con el Mais. Sin embargo apoyó a un candidato a la Cámara por Colombia Humana y ahí el Consejo de Estado, sienta jurisprudencia en este caso.

Todas estas causales generan la anulación electoral por doble militancia. Sin embargo aclaró que ninguna aplica sobre la candidatura de Marco Tulio Ruiz.

Es decir, no hay inconveniente alguno. Chaparro también calificó las declaraciones de Cárdena Ortiz, como desubicadas en el entorno temático conceptual y procesal.

Añadió que en un documento de adhesión, no de alianzas ni de acuerdos políticos, donde  aparecen las firmas de directores, candidatos actuales y elegidos de una determinada colectividad, son ellos, los firmantes, quienes deben responder a sus respectivos partidos y no quien recibe el apoyo.

Finalmente invitó al exsenador  a no desconocer la disidencia política. Citó el caso de Jorge Eliécer Gaitán, quien lideró esta figura en el Partido Liberal, durante la década del 40.

Publicado en Política

En compañía de su familia y amigos más cercanos, inscribió su candidatura el pasado 29 de julio.

Un joven líder político yopaleño administrador de empresas, especialista en gobierno y gerencia pública es el candidato a la Alcaldía Municipal de Yopal por el Partido Liberal.

Javier Rivera es integrante de una familia tradicional yopaleña, pues forjaron bases fundamentales por el desarrollo y crecimiento del municipio: su abuelo Sixto Rivera, fue fundador de Yopal y alcalde, su abuela Empera Niño, una de las primeras enfermeras que tuvo la capital casanareña.

Con más de 10 años de experiencia, comprometido por el desarrollo y bienestar de la comunidad, lo posicionan como uno de los candidatos más opcionados para asumir el liderazgo por la ciudad.

Su compromiso y determinación lo han hecho comprender que es el momento para que ¡hagamos historia! por Yopal.

Publicado en Política

Ni las propias directivas del Partido Liberal se imaginaban la gran cantidad de público, que se reunió en torno a la entrega del aval a la Alcaldía de Yopal, por esta colectividad, Javier Rivera Gutiérrez.

En boletín de prensa desde el directorio departamental destacaron el colapso que se presentó en el aforo, debido al elevado número de personas que se reunieron en las instalaciones de la Cámara de Comercio.

Fue tanta la afluencia de público que se calcula que cerca de 800 personas no pudieron ingresar y tuvieron que quedarse a las afueras del edificio.

A la postre 3000 asistentes  colmaron el salón Quiripa para acompañar el acto de entrega del aval a Javier Rivera, quien entra de lleno en representación del Liberalismo, en la competencia electoral por la alcaldía de la capital departamental.

Al interior del Partido esta capacidad de convocatoria se interpretó como un contundente respaldo que revalida su compromiso con la comunidad, el cual está plasmado en su proyecto político con el cual espera hacer historia en Yopal.

El secretario general del Partido Liberal, Jaime Jaramillo, due el encargado de entregar el documento oficial, que aval a Javier Rivera. También acompañaron al hoy candidato, el jefe del Liberalismo en Casanare, el representante a la Cámara, Hugo Archila; el director nacional de juventudes, James Cañizales y las listas al concejo y la asamblea.

Dentro de la concurrencia se comentó que esta actividad de los liberales, superó en asistencia a otros eventos políticos similares, que se han desarrollado en este mismo escenario.

Publicado en Política


En un acto sencillo pero muy significativo, el Partido Liberal entregó avales a ocho precandidatos a las alcaldías del departamento. La actividad estuvo liderada por el representante a la Cámara Hugo Archila, quien es el jefe de la colectividad roja en Casanare.

En este orden de ideas recibieron el visto bueno del Liberalismo para representarlos como candidatos a las alcaldías, Diana Mairely Barón Quintero, de Hato Corozal.

Héctor Esmir Puertas González, (Maní); Yeison Romaldo Güicón Barrera, (Nunchía); Cristian Germán Vega Fuentes, (Paz de Ariporo); Jorge Ezequiel Garzón, (Pore); William Fernando Forero Benítez (Támara), Gilberth Rivera Cely ( Tauramena) y Carlos Alberto Cabrera García (Trinidad).

Durante el diálogo con la prensa, en el marco de esta actividad, el parlamentario Archila dijo que espera que el próximo 15 de julio vengan al departamento, el director de juventudes y el secretario general del partido, para recibir el apoyo directamente desde las directivas nacionales, todas las candidaturas a las alcaldías del departamento.

Con la entrega de estos avales de consolida la planificación que tiene la colectividad roja para los comicios de este año, donde la prioridad la van a tener las bases y desde allí comenzar construir el plan de trabajo de cara al proceso electoral de octubre.

El representante agrego que estos aspirantes pasaron por la lupa de las directivas del partido, con especial cuidado en temas legales  y no tuvieron inconvenientes para ser candidatos. Así mismo aseveró que la próxima semana espera entregar el resto de avales.

Destacó el caso del precandidato de Pore, de quien sostuvo que desde el primer día tenía todo listo, para recibir el aval. Añadió que la colectividad roja ha venido haciendo un trabajo muy juicioso, con hojas de vida bastante intachables con distintos perfiles profesionales y experiencia.

Para el caso de Yopal se encuentra inscrito Javier Rivera, cuya hoja de vida está en revisión, mientras que para la Gobernación de Casanare, no se ha tomado hasta el momento ninguna decisión.

 

Publicado en Política

El Partido Liberal para las elecciones del 29 de octubre le está apuntando a las bases, es decir darle prioridad a los cargos como ediles, concejales, diputados y alcaldías, sin desconocer el cargo más importante del departamento como es el de gobernador.

Esta es la visión de la colectividad, según lo explicó el presidente de la Asamblea, Jorge Eduardo García, quien hace parte del liberalismo.

Destacó además la incursión que vienen haciendo en las toldas rojas los jóvenes del departamento, quienes han pedido participar en el proceso democrático postulando sus  nombres a los diferentes cargos de elección popular.

En los corrillos políticos se habla de una alianza entre liberales y el Centro Democrático. Este acuerdo estaría planteado sobre un apoyo del liberalismo al candidato a la Gobernación del C.D y este partido a su vez haría lo propio, respaldando el aspirante liberal a la Alcaldía de Yopal.

Sobre este tema el diputado García no quiso pronunciarse. Insistió que la prioridad son las bases del partido y que luego de organizar este tema, se abordará la candidatura a la Gobernación.

Publicado en Política

 

A mediados de los setenta, cuando mi padre se radicó con su pequeña familia en Yopal, un hombre alto y extremadamente delgado pasó a ser su más entrañable amigo, con una desbordante inteligencia y una extraordinaria erudición jurídica, que con escasos años me impactaba su absoluta autoridad cuando estaba sentado en el monumental escritorio de La Previsora Seguros, cuando esa compañía lo delegó como gerente de su sede en la entonces Intendencia de Casanare.

José Luis Cano Tibaduiza. El intelectual, el jurista, el liberal. Con su lectura diaria y rigurosa del periódico El Tiempo, incluido el análisis certero y profundo del Editorial -tan acorde a su “conservadurismo” liberal-, que respaldaba de manera incondicional la segunda candidatura a la Presidencia de Alfonso López Milchelsen y rechazaba de plano la disidencia de Luis Carlos Galán con el Nuevo Liberalismo, hasta tal punto que nunca leía El Espectador porque estaba de manera abierta la aspiración presidencial del caudillo santandereano, lo que generaba un candente pero respetuoso debate con mi padre -Julio Roberto Niño- a quien siempre se le conoció en Casanare por su condición inquebrantable de “Galanista”.

Eso no contradecía su concepción avanzada del “Estado liberal”, en donde con  acierto y rigurosidad señalaba las bondades de la Asamblea Nacional Constituyente -que posteriormente promulgó la Constitución Política de 1991- siendo un total convencido de la carrera administrativa -sujeta al concurso público- y la Tutela como garante de los derechos fundamentales de los colombianos, convirtiéndose en fuente de consultas de niños, niñas y adolescentes de los entonces escasos colegios de Yopal,  a quienes atendía con su grandes y saltados ojos vivaces, sin dejarles de regalar una leve sonrisa con sus facciones afiladas y dentadura perfecta, cuando no entendían su a veces complejo lenguaje constitucional.

Era impecable. Formal. Elegante.  Siempre vistió camisa  manga larga  y pantalón de paño -para tierra caliente- caminando de manera altiva y rápida, que realzaba aún mas su cabello blanco, peinado de manera cuidadosa y perfecta hacia atrás, sin poder olvidar su tono de voz infantil, cálido y gracioso, que de vez en cuando dejaba entrever una cierta inflexión paisa.

Y es que era hijo de un aguerrido antioqueño y una bella muchacha que lo “parió” en Labranzagrande -Barbarita, prima del Exrepresentante Gímber Chávez- quienes en los setenta abrieron a media cuadra del parque principal de Yopal, el lúgubre y misterioso Restaurante La Casona, que posteriormente  se convertiría a dos cuadras del antiguo hospital en “Restaurant Cano’s”, con gastronomía internacional, cuadros cubistas y música en Inglés que su otro hijo Aníbal Augusto trajo de Estados Unidos, convirtiéndose en los ochenta en el sitio social por excelencia de la ahora capital departamental, en donde estudiantes, intelectuales y artistas confluían a ese mundo alegre y mágico que los Cano le dejaron como legado a la población del piedemonte, como aquella noche de interminable fiesta con “Los Tolimenses” y un imponente grupo de mariachis de Bogotá, incluido el conocidísimo Pedrito Fernández, “El colombiano”.

En la década de los sesenta, Jose Luis Cano era un destacado estudiante de Derecho de la Universidad La Gran Colombia en Bogotá -solo le faltó un par de materias para graduarse, porque la “rumba” de su juventud se lo impidió- en donde una vez llegó a un parcial de penal, sin tener la menor idea sobre el tema, pero que una rápida hojeada al índice del Código, le permitió responder después a la única pregunta de la prueba escrita, que “ese tema no está dentro del texto en estudio”, haciéndolo merecedor de un contundente “cinco”, mientras que el resto de sus compañeros sacaron “cero”,  y que siempre contaba para demostrar que nunca necesitó dedicar mucho tiempo al estudio para sacar las mejores notas.

Ese fue el mismo José Luis que una vez se le ocurrió con un amigo cazar culebras en las playas del Río Cravo Sur y llevarlas a Bogotá en una caja que ubicaron en la canasta de arriba de un destartalado bus de la Flota Sugamuxi -que terminaron por salirse de la caja y aparecieron frente a las ventanas y a la vista de los aterrorizados pasajeros- con la ilusión de venderlas al Instituto Nacional de Salud, ante un aviso que publicó esta entidad en El Tiempo, en el sentido de comprar estos animales para la consecución de suero antiofídico, con tal mala suerte que cuando al fin los entregaron al Instituto, les dijeron que presentaran la cuenta de cobro para pagarles en un par de semanas, lo que los obligó a vender la misma por el precio del pasaje para poder regresar a Yopal.

Y lo confieso: el cuento “El extravió de la Pantera Rosa en la vía a Sirivana” -que escribí hace un par de meses- está basado  en un infortunado anéctoda que mi papá siempre le atribuyó a Jose Luis, pero que él me negó muerto de la risa una vez que se quedó un par de semanas  hace más de diez años en mi apartamento de Bogotá -cuando se recuperaba de un postoperatorio- pero que de todos modos deja constancia de su bondadosa, encomiable y disciplinada  labor como promotor de Acción Comunal, en donde se convirtió además en ocasionales clases básicas de Derechi a nuestros campesinos del ahora Departamento de Casanare.

A Jose Luis Cano le pasó un caso bastante similar a “El coronel no tiene quien le escriba” de Gabriel García Márquez, al quedarse esperando hasta morir su anhelada pensión, porque La Previsora le “refundió” más de nueve años de los diecisiete de ininterrumpido trabajo con esa compañía, lo que le impidió tener una justa y merecida jubilación, cuando precisamente estaba a punto de cumplir los ochenta años de edad.

Coletilla 1. Alguna vez me preguntó intrigado por qué un congresista casanareño -con quien yo laboraba hacia un par de meses- nunca intervenía en las sesiones de Comisión y Plenaria de Cámara, a lo que le dije que el mismo solo se dedicaba a “gestionar recursos” para el Departamento, contestándome indignado que la real función de un parlamentario era deliberar, debatir,  controvertir, proponer, o que de lo contrario perdía su esencia misma, atentaba contra su función constitucional, que era precisamente legislar y ejercer el control político al Gobierno Nacional, incluida la discusión y aprobación del

Proyecto de Ley sobre el Plan Nacional de Desarrollo, en donde si era válido incluir y gestionar planes, programas, estrategias y recursos para Casanare.

Coletilla 2. : Es así como expreso mi profunda tristeza por el fallecimiento del intelectual, abogado y dirigente liberal casanareño José Luis Cano Tibaduiza: un hombre culto, honesto, con alma de niño, gran amigo de mi padre y mi círculo familiar. Hasta siempre, querido José Luis.

Para su esposa Danny y sus hijos Franklin y Felipe, más sus hermanos Janeth y Augusto, infinitas bendiciones. Amén.

 

Publicado en CN

 

 

  

  

    

 

      

 

 

 

 

Noticia en vídeo