Dos personas han muerto este año por artefactos que explotaron en diferentes circunstancias, en el casco urbano de Yopal y el corregimiento de El Morro, revela el epidemiólogo de la Secretaría de Salud del municipio Roberto Amaya, quien tiene a cargo, la vigilancia y las estadísticas, de las personas afectadas por quemaduras en diferentes circunstancias.
Aunque su labor va dirigida primordialmente a buscar que se prevenga que no haya niños quemados en la temporada de fin de año, la norma exige que se lleven las estadísticas de personas afectadas en general por artefactos explosivos, de gran peligrosidad o de pólvora blanca, que es la que se utiliza en las fiestas de navidad.
El informe conocido por CASANARENOTICIAS.com da cuenta que los casos referidos, se presentaron por la explosión de granadas, una en la zona de tolerancia, donde murió un indigente, en hechos que son materia de investigación de las autoridades competentes.
El otro caso sucedió en El Morro, en enfrentamientos entre grupos irregulares y el Ejército.
Los datos estadísticos que maneja la Secretaría de Salud en esta materia corresponden al 2014, mientras que por fortuna a la fecha no se han presentado menores quemados por pólvora.
Pese a este logro, se han extremado las medidas, teniendo claro que en esta temporada se incrementa el comercio de pólvora, para venderla a menores en la navidad y el año nuevo.
Se conoció que dicho comercio se sigue dando, pero las autoridades han logrado dar algunos golpes.
Según reciente informe del comandante operativo de la Policía, Coronel Néstor Ospina, ya se han incautado más de 150 kilos en acciones efectuadas, por la Policía de Carreteras.
Los funcionarios de salud insisten en recomendar que los padres no les compren pólvora a sus hijos y si lo hacen se deben atener a las consecuencias penales que esto representa.
Las autoridades han invitado a la ciudadanía a denunciar la venta de estos elementos, que se constituyen en riesgo para los menores y la comunidad en general.
Existe un decreto vigente que se hará cumplir buscando siempre proteger a los infantes de quemaduras, que en muchos casos pueden ser irreversibles.