Un verdadero SOS afrontan desde hace casi una semana, los habitantes de la vereda La Poyata, en las riberas del río Meta, debido al desbordamiento de la fuente hídrica.

Ayuda humanitaria para 35 familias damnificadas en La Poyata, por las inundaciones provocadas por el desbordamiento del río Meta, pidieron habitantes del sector.

"Hasta el momento no hemos recibido ningún tipo de ayuda, ni de la Unidad Departamental Para la Gestión del Riesgo de Desastres UDGRD, ni de la Alcaldía de Maní, ni de la Defensa Civil, nuestra situación es desesperante ya no tenemos ningún lugar seco para resguardarnos ", dijo Belkis Suárez, habitante de esta vereda ribereña al río Meta.

Reiteró que la mayoría de  colchones de las familias se mojaron y están durmiendo a la interperie, sobre un planchón o en improvisadas camas altas, ”algunas familias nos trasladamos en las tardes en un Ferry a Puerto Gaitán a pasar la noche, pero la mayoría se quedan en el centro poblado”, indicó.

Dijo que, de parte de la Alcaldía de Maní no han recibido ni una bolsa de agua, “por acá el alcalde, Jerson Montoya,  no se ha aparecido con ningún tipo de ayuda, tal como lo hacía en campaña cuando venía a buscar votos”, dijo Suárez.

Indicó que, solo estuvo en la vereda el Cuerpo de Bomberos de Maní, a hacer un censo, pero ninguna entidad se ha hecho presente con mercados y enseres.

Año tras año es recurrente esta situación, en esta  vereda, la más alejada del municipio de Maní, cada que arrecia el invierno en el Piedemonte Llanero.

Además de La Poyata se encuentran afectadas también El Limonal, Guamal , La Llanerita, Marárabe, Guafal Pintado, Santa María de Palmarito, Güinea y Las Isla, entre otras.

En el municipio, en forma total habría aproximadamente 400 familias afectadas por el invierno, quienes se encuentran en deplorable condición.

Qué dice la UDGRD

Guillermo Pérez, director de la Unidad Departamental Para la Gestión del Riesgo de Desastres UDGRD, indicó que este jueves, 26 de mayo a las 3:00 am parte una comisión desde Yopal, con volquetas y camiones cargados con ayudas humanitarias para socorrer a los damnificados por el invierno en La Poyata.

 

 

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Tras deslizamiento de gran magnitud sobre la vía Aguazul – Sogamoso, en jurisdicción del municipio de Pajarito, la Gobernación de Casanare, la Alcaldía de Recetor y la Unidad Nacional Para la Gestión del Riesgo de Desastres intervienen 12 km de la vía alterna hacia el departamento de Boyacá.

La vía que estaría lista, en menos de ocho días, para el tránsito de vehículos pequeños y medianos, comprende una ruta que parte desde el casco urbano de Pajarito, cruzando por la vereda Magavita Centro (Pajarito) - Puente Durán - vereda San José (Recetor) - Los Alpes (Recetor) - Magavita Centro (Pajarito) - vereda Curisí (vía central).

El trabajo de rehabilitación y recuperación, por parte de este importante equipo de maquinaria pesada, se realiza en los 12 km del trayecto que comprende el sector de Casanare; complementando el mismo trabajo que se desarrolla en el departamento de Boyacá.

Vía a Barro Negro

También se intervienen 10 km de la vía alterna hacia el municipio de Sácama. El mismo corredor vial que comunica al resguardo indígena Barro Negro y varias veredas de Paz de Ariporo, Támara y Sácama.

Este trabajo también se realiza aunando esfuerzo entre la Gobernación de Casanare, a través de Gestión del Riesgo e Infraestructura, y el apoyo de la Alcaldía de Sácama, en el que se realiza limpieza, ampliación, conformación, suministro de material, cuneteo y compactación.

“Trabajando de manera articulada con los municipios y la Secretaría de Infraestructura hemos podido intervenir más vías e impactar positivamente la movilidad de nuestros campesinos”, dijo Guillermo Pérez director Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres.

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En esta localidad del norte de Casanare, se encuentran aisladas cuatro veredas, hay pérdida de bancada en las vías, puentes a punto de colapsar por las constantes avalanchas, pérdida de cultivos de café y de pan coger,  el colapso de los  alcantarillados sanitario y pluvial, y la inundación del colegio Jorge Eliécer Gaitán, entre otras emergencias, como consecuencia del fuerte invierno que se registra en el Piedemonte Llanero.

Frente a esta situación, el alcalde de La Salina, Octavio Salamanca tiene previsto declarar la calamidad pública en los próximos días, una vez se tenga el diagnóstico del total de las afectaciones y el número de familias damnificadas, “la situación es demasiado compleja, ya que estamos afectados tanto en el área urbana como rural, en materia de vías, servicios públicos, e infraestructura educativa”, dijo el burgomaestre.

Para tal fin la Gobernación de Casanare estableció compromisos puntuales para mitigar los riesgos a través de la Unidad Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres UDGRD, consistentes en el desplazamiento de una comisión de técnicos para evaluar los daños y acometer obras de protección, el transporte de combustible para vehículos y maquinaria, y la entrega de ayudas humanitarias a los damnificados, entre otros.

“El estado de calamidad pública es una de las herramientas que se establece en la Ley 1523, que rige la atención de riesgos y desastres y le permite al Gobierno Nacional asignar recursos para las atención de emergencias “, dijo Guillermo Pérez, director de la UDGRD, quien el sábado encabezará la comisión que se desplazará a La Salina.

Afectaciones

En la actualidad se encuentran incomunicadas las veredas Rodrigoque, Los Colorados, Chinivaque y Rionegro, debido a las avalanchas de lodo y piedras, “allí se encuentra la maquinaria y gran parte de funcionarios de la Alcaldía trabajando  con el fin de lograr habilitar pasos provisionales hacia estos sectores”, dijo el alcalde.

Reiteró que ha sido cuantiosa la pérdida de cultivos, como café, plátano, maíz, fríjol, caña y estanques con trucha, afectando notablemente la economía de los campesinos.

En el sector urbano colapsaron los alcantarillados sanitario y pluvial, afectando dos barrios, “el alcantarillado sanitario ubicado en Villa Mónica, con más de 30 años de construcción, ya cumplió su vida útil, mientras que el de aguas lluvias ubicado en el barrio San Pedro se encuentra obsoleto”, dijo el alcalde.

En cuanto al colegio Jorge Eliécer Gaitán, este no se ha podido habilitar debido a las fallas y se hace necesario demolerlo y construir uno nuevo. En relación con el acueducto central, tampoco existe, ya que una avalancha se llevó la bocatoma y partió la línea de conducción.

Reactivar la industria salinera

Uno de los propósitos del alcalde Salamanca, es la reactivación de la industria de la sal, como principal fuente de ingresos para los habitantes, teniendo en cuenta que el municipio  no es petrolero y está catalogado como uno de los más pobres del país, “el gobernador salomón Sanabria se comprometió a reactivar la principal fuente de economía de La Salina, ya que hoy no estamos produciendo ni una libra de sal”, puntualizó  el burgomaetre.

 

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