En el Día Internacional para Sensibilización contra las Minas Antipersonal se recuerda a todos los colombianos el impacto de este grave flagelo y los efectos que tiene la práctica del minado en los territorios del país.

De acuerdo con cifras de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, en Colombia hay 12.170 víctimas de minas antipersonal y municiones sin explosionar, registradas entre 1990 y 2022.

De estos, 4.884 son civiles y 7.286 son integrantes de la Fuerza Pública. El año 2006 fue el más crítico ya que los eventos afectaron a 1.288 víctimas, lo que equivale al 10,58 % del total general.

En lo que respecta al Registro Único de Víctimas (RUV) de la Unidad para las Víctimas, desde 2012 hasta febrero de 2022 se encuentran incluidas 6.347 personas por accidentes con minas antipersonal, municiones sin explotar y artefactos explosivos improvisados (MAP, MUSE y AEI, respectivamente), de los cuales 5.816 son sujetos de atención, es decir que cumplen con los requisitos de ley para acceder a la reparación integral.

Según el Registro, los departamentos en los que se han concentrado más del 50 % de los eventos son: Antioquia con el 20, 2 %; Meta, con 9,9 %; Nariño, el 9 %; Caquetá, el 7,7 %, y Norte de Santander que reporta un 7, 6 %.

El mismo Registro señala que el 62,6 % de las víctimas tiene alguna discapacidad producto del hecho victimizante, así: 1.713 indica tener discapacidad física; 1.426 múltiple; 346 aún por establecer; 322 auditiva; 123 visual; 24 intelectual y 19 psicosocial. El 37,4 % restante, 2.374 víctimas, manifiesta no tener alguna discapacidad.

Para asistir y atender a las víctimas de minas, la Unidad para las Víctimas, desde el 2012 y hasta el 28 de febrero de 2022 ha colocado 839 giros con una inversión que supera los $1.000 millones. En cuanto al reconocimiento de la medida de indemnización, 624 personas han recibido el recurso económico por eventos relacionados con este hecho victimizante con una inversión que supera los $12.800 millones. Se destaca que de este valor el 42,9 % fue dispuesto durante el actual periodo presidencial.

Manuel Alejandro Cardona López, víctima de este hecho y quien actualmente trabaja en la Oficina del Alto Comisionado para la Paz en el seguimiento al desarrollo de las operaciones de desminado humanitario en el país, manifestó que: “en el país hay diferentes grupos armados que emplean estas armas y le hacen un daño grandísimo a toda la comunidad. El 4 de abril es el día en el que todos los colombianos debemos alzar la voz en contra del uso indiscriminado de este tipo de armas”.

Dentro de las actividades propuestas para la conmemoración del 4 de abril, la Unidad para las Víctimas, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y el Centro Nacional de Memoria Histórica en días previos reunieron a seis víctimas de minas antipersonal en un espacio llamado Consejería de Pares, en el que contaron sus experiencias. Oswald Saldaña, uno de los participantes, agradeció el acompañamiento de la Unidad: “qué bonito que la Unidad para las Víctimas siga trascendiendo en este tipo de procesos, así nos estamos humanizando cada día más, tanto las entidades como nosotros los colombianos. A medida que tratamos este tipo de temas estamos dando un paso para lograr la Colombia que todos queremos”.

Desde el grupo de Enfoque Psicosocial de la entidad se implementan ajustes a cada metodología para personas con discapacidades físicas incluyendo a los sobrevivientes de minas. Se indica que el acompañamiento psicosocial reconoce las afectaciones diferenciales de las personas que han sufrido este hecho victimizante y se incluyen acciones que contribuyen a las garantías de no repetición como una medida de satisfacción.

Reparación colectiva

La Unidad para las Víctimas ha realizado acciones con sujetos de reparación colectiva que buscan orientar, capacitar y permitir que las comunidades prevengan situaciones con estos artefactos. Se destacan las comunidades de Centro Poblado La Balsita, Arenillo en el Valle del Cauca y el corregimiento Santa Isabel y sus veredas.

 

 

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La Gobernación de Casanare junto con autoridades militares, policiales y civiles, en ceremonia militar, exaltó y honró en el parque Ramón Nonato Pérez de Yopal, el 'Día del Veterano de Guerra', en donde a través de una ofrenda floral, varios reconocimientos y menciones de honor, los integrantes de la reserva y sus familiares fueron engalanados por su valentía y entrega a la institucionalidad, pero sobre todo por su legado y sacrificio en la búsqueda de la paz del territorio nacional.

El Día de Veterano, se conmemora a partir de la expedición de la Ley 1979 de 2019, en donde se da la oportunidad para remembrar y fortalecer la historia de los héroes que, con gallardía en tierra, mar y aire, han entregado sus vidas, sueños y luchas por la tranquilidad de cada uno de los colombianos.

“Nos reunimos para celebrar con júbilo, el día de los veteranos de la Fuerza Pública, una fecha institucionalizada que reconoce el trabajo de los veteranos ausentes y presentes, que, con el paso del tiempo, ofrecieron su coraje y su fe con más perseverancia, así como su invaluable aporte por la seguridad y construcción de país incluso llevando con honor, su uniforme a otras fronteras”, dijo el general Mauricio José Zabala, comandante de la Octava División del Ejército Nacional.

El veterano de Fuerza Pública, sargento primero del Ejército, José Omar Londoño Ramírez manifestó que: “Un día como hoy, para nosotros es de gran importancia porque se honra la historia de los veteranos a quienes le hemos servido al país por muchos años, en donde a través de este reconocimiento se le abre una puerta a los nuevos policías y soldados de tierra, mar y aire”.

Agregó que, para los veteranos es gratificante este reconocimiento que se realiza a nivel nacional como héroes de guerra, pues se reconoce esas madrugadas y trasnochadas, que por tanto tiempo se le entregó al pueblo colombiano con corazón, cuerpo y alma.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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La Unidad para las Víctimas desde la dirección territorial Meta y Llanos Orientales se vinculó a la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas en el municipio de Sabanalarga, Casanare, donde se dieron espacios de participación y de dignificación para las familias de las víctimas de este hecho. 

Con un emotivo acto litúrgico y simbólico con flores, velas y el desarrollo de un taller sobre la resiliencia como factor importante para fortalecer la fe y la esperanza en la búsqueda de sus seres queridos, la Unidad reafirmó el apoyo a los familiares que siguen en esta búsqueda. 

A nombre de las víctimas, Elda Yadisma Bohórquez, representante de las víctimas del hecho de desaparición forzada en Sabanalarga y una de las 60 asistentes a este evento, destacó que “fue un acto sencillo, pero que nos llegó al corazón. Nunca se había hecho algo así en nuestro municipio, es algo que nos recuerda que no estamos solos y mantiene la esperanza y la fe de seguir en esta búsqueda de nuestros familiares”.

El evento estuvo acompañado por la Alcaldía y la Personería Municipal, donde se destacaron las palabras y expresiones de esperanza de parte de las víctimas, a quienes la Unidad entregó el libro de la ruta de atención a víctimas de desaparición forzada, una guía para continuar con el apoyo de las instituciones.

Respecto a este espacio, el director territorial Meta y Llanos Orientales, Carlos Arturo Pardo Alezones, dio unas palabras de apoyo a los familiares de las víctimas: “no perdemos la esperanza de alcanzar el propósito de la reconstrucción del tejido social, roto por el conflicto armado, por una calidad de vida para todos y todas, y a la consolidación de la paz”. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

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El Ejército Nacional conmemorò la mañana de este 19 de julio de 2021, el Día del Héroe de la Nación y sus Familias, el cual fue establecido por la ley 913 de 2004. En este día, se rindiò un homenaje a los hombres y mujeres que integran la institución, los cuales se encuentran desplegados a lo largo y ancho del territorio nacional, velando por la seguridad de los colombianos.

Así mismo, recordaron y honraron la memoria de aquellos valerosos soldados que han ofrendado sus vidas en defensa de la nación; también, reconocieron el sacrificio de los veteranos que se encuentran con secuelas en sus cuerpos producidas en el marco del conflicto armado. 

De acuerdo a información del Registro Único de Víctimas (RUV) de la Unidad Para la Atención y Reparación a las Víctimas (UARIV), en la actualidad 280.567 miembros del Ejército Nacional han sido reconocidos cómo víctimas por hechos como secuestro, uso de medios y métodos prohibidos por el derecho internacional humanitario, desaparición forzada, desplazamiento forzado, despojo de tierras, homicidio en persona protegida, entre otros.

Uno de los militares víctimas a los que hoy la institución le agradece su sacrificio y entrega es al cabo segundo Wilmer Martínez Waldo, quien perdió sus dos piernas, el ojo izquierdo, el índice derecho y sufrió otras heridas en su cuerpo al pisar una mina antipersonal cuando se encontraba velando por la seguridad de los habitantes de Hacarí, Norte de Santander el 4 de mayo del 2020.

El suboficial cuenta que, “recuerdo que ese día estaba junto a dos comandos realizando una verificación o registro para ver por dónde íbamos a continuar nuestro camino hacia otro cerro. Era un terreno bastante quebrado y comenzamos a caminar. Yo le dije a los comandos que tratáramos de llegar a la parte alta e iniciamos el desplazamiento; di como tres pasos y de una vez me levantó una mina antipersonal”.

De acuerdo al militar víctima, tras el brutal hecho todo se convirtió en un caos para él y sus compañeros, pero en medio de este momento impactante, “me comencé a verificar y vi que perdí el índice derecho, las falanges tercera y cuarta de los dedos de la mano izquierda, el ojo izquierdo y cuatro piezas dentales, pero hoy, gracias a Dios, no pareciera que hubiera sufrido tantas lesiones”.

Tras tener un proceso de rehabilitación por la pérdida de sus extremidades, el ojo y otras partes de su cuerpo, el cabo Martínez afirma que, “me considero una persona totalmente nueva; es una experiencia bastante amarga, pero ese amargo me sirvió para darme las fuerzas y seguir adelante. Le doy gracias a Dios, al personal médico, a mi familia y compañeros que han estado siempre ahí apoyándome. Actualmente soy deportista en las modalidades de pesas y atletismo de campo; esto me ha servido mucho porque me he rehabilitado”.

Su sacrificio y entrega jamás serán olvidados.

Fuente: Ejèrcito Nacional

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