Martes, 04 Agosto 2020 13:45

“Jamás pensé en contagiarme": casanareño en Perú

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Tras 107 días de aislamiento, el primero de julio, Perú, retomó su actividad de circulación interna y transporte doméstico aéreo y terrestre.

Sin embargo, las cifras reportan 453 mil contagiados de Covid -19 y más de 19.800 muertes.

Amparados en el levantamiento de la cuarentena, muchos ciudadanos tomando las medidas de bioseguridad salieron a desarrollar actividades deportivas, salidas a la playa, entre otras dinámicas cotidianas.

Y fue precisamente en su salida a la playa a trotar y hacer deporte con un amigo cercano donde posiblemente el casanareño Riquelme Jiménez, adquirió el Covid-19.

Hace quince días Renzo Aveggio, quien vive en el mismo sector de Riquelme y con quien tiene una bonita amistad y además comparten el gusto por el deporte en la playa, cayó enfermo, siendo diagnosticado con Covid.

No pasó mucho tiempo para que la suegra de Aveggio fuera internada en un centro de salud, igual que su yerno y falleciera por cuenta del virus ayer 3 de agosto de 2020.

 

La soledad de la enfermedad.

Mientras en su casa, Jiménez, empresario que viajó hace ya varios años a Lima, empezó a vivir su propio drama, que inició con fiebre, dolor de huesos, un dolor de piel, al extremo de no soportar la cama, decaimiento, mucha sed, dolor de cabeza y perdida de olfato.

Tras realizarse la prueba correspondiente, cuyo resultado fue positivo, el empresario casanareño, decidió pedir ayuda a algunos de sus amigos trabajadores del sector salud, para que lo medicaran y de esta forma ha venido tratando la enfermedad, que lo ha llevado a extremos de depresión por el aislamiento dentro de la casa, con sus propios amigos y la lejanía de su familia.

Por decisión personal, el colombiano ha decidido tratar su enfermedad lejos de los centros médico de la ciudad de Lima, donde según él, lo extranjeros no son prioridad en estos momentos y los hospitales, están desbordados de pacientes.

“Yo nunca pensé que me fuera a contagiar, uso tapabocas, me lavo las manos, uso el gel, me parecía que esta era una situación que jamás tendría que vivir” recalcó Jiménez.

 

La culpa

La soledad y angustia, los primeros días, lo llevaron a pedir apoyo psicológico, porque, sumado a los síntomas agobiantes de la Covid 19, y la nostalgia de no estar cerca de su familia en Yopal, le invade un gran sentimiento de culpa por la salud de Franco Mateo Herrera, un bebé de tres meses, hijo de una gran amiga, con quien antes de empezar con los síntomas del virus, compartió un almuerzo en el que los abrazos del reencuentro después de la cuarentena y los consentimientos al menor, no se hicieron esperar. Ayer 3 de agosto personal de salud practicaba en su casa las pruebas al niño quien presenta tos seca y malestar.

 

La Esperanza

Resta esperar y Riquelme tiene ahora la esperanza de que las pruebas practicadas a Franco Mateo y su mamá, resulten negativas, así como confía en la recuperación de Renzo y en que desaparezcan sus propios síntomas para poder compartir con ellos como antes y también gestionar la posibilidad de subirse a un vuelo humanitario para llegar a Casanare a abrazar a su familia.

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